Seguro que alguna vez habrás escuchado que “somos lo que comemos”, ¿verdad? Se trata de una frase certera que nos ayuda a entender de forma sencilla la fuerte vinculación existente entre nuestra salud física y nuestra alimentación.
La salud bucodental no es la excepción, por lo que si queremos cuidar correctamente nuestros dientes y encías debemos prestar especial atención a nuestros hábitos alimenticios.
¿Quieres conocer qué alimentos no deben faltar en tu dieta y cuáles deberías reducir? Te dejamos una lista que te va a sorprender.
Fósforo y calcio
Tomar alimentos ricos en fósforo y calcio es clave para fortalecer los dientes.
El calcio se asocia principalmente a los lácteos, como la leche, el queso y el yogur, y en ellos también encontramos grandes cantidades de fósforo. No obstante, si no te gustan o tienes intolerancia a la lactosa también puedes consumir pescados como los boquerones, las sardinas o el salmón; verduras como las espinacas o los berros; y legumbres como la soja o los garbanzos.
Los berros, el salmón y el queso son doblemente buenos para nuestros dientes al incluir en altas cantidades otros minerales como el fósforo y el magnesio. Además, también encontramos una gran fuente de fósforo en la carne, aunque es mejor que sea blanca, para evitar las grasas saturadas de la roja.
Cúrcuma
Esta especia es antiinflamatoria, antioxidante y antitumoral, y resulta especialmente beneficiosa para reducir la inflamación gingival. Para aprovechar sus propiedades podemos tomarla tanto fresca como en polvo, añadiéndola como condimento en recetas con lentejas o judías, o para aderezar cremas y purés de verduras.
Frutas y verduras
Las frutas y las verduras constituyen un pilar fundamental para una alimentación saludable y deben incluirse de forma frecuente en nuestros menús. En general, su alto contenido en agua y fibra es beneficioso para la limpieza dental y, además, ayudan a producir más saliva y nos protegen contra las caries.
En relación a la gingivitis es especialmente beneficioso consumir frutas ricas en vitamina K, ya que nos ayuda a regular la coagulación de la sangre. Podemos encontrarla en verduras de hoja verde como las espinacas, el brócoli y la lechuga, y también en frutas como los arándanos y los higos.
De hecho, los arándanos son uno de nuestros mejores aliados para cuidar de nuestros dientes y encías, siendo especialmente eficaces en la prevención de enfermedades periodontales debido a su alta capacidad antiinflamatoria y antibacteriana.
Sin embargo, aunque en general son muy saludables, debemos evitar consumir en exceso las frutas con alta cantidad de vitamina C. Estas frutas tienen un aspecto muy positivo, como es su ayuda en la prevención de enfermedades de las encías. Pero también producen un efecto no tan positivo en cuanto a nuestra salud bucodental, ya que los cítricos como el kiwi, la naranja, el limón o el pomelo, tomados en grandes cantidades, pueden dañar el esmalte. Esto debe tenerse en cuenta, sobre todo, a la hora del cepillado, por lo que es necesario separarlo del consumo de cítricos (tanto antes como después) para evitar problemas de sensibilidad.
Agua, la bebida más saludable
Beber agua solo nos trae efectos positivos para nuestra salud dental: nos ayuda a eliminar los restos de comida, a prevenir la caries y a mantener los dientes fuertes.
Sin duda, se trata de la mejor alternativa para mantenernos correctamente hidratados: prevenir la deshidratación es clave para tener una boca sana, ya que producir saliva es una de nuestras principales defensas contra las bacterias.
Los alimentos más dañinos
Tan importante es reseñar los alimentos que debemos comer a menudo como aquéllos que debemos mantener alejados de nuestra cocina y nuestros dientes.
Por supuesto, los azúcares refinados son los mayores enemigos de nuestra salud bucodental ya que aumentan la inflamación. Por lo tanto, en esta lista de productos a evitar debemos incluir los caramelos (además, si son duros presentan un peligro adicional, ya que pueden llegar a romper o astillar una pieza dental), la bollería industrial o los snacks como las patatas fritas, que además contienen grandes cantidades de almidón, lo que facilita el ataque de las bacterias.
Los alimentos pegajosos, como determinados frutos secos o las frutas deshidratadas, también pueden perjudicar a nuestra salud dental ya que son más difíciles de limpiar o eliminar por completo de nuestra dentadura.
El hielo, a no ser que se tenga sensibilidad dental, no suele causar ningún problema bucal… siempre que no tengamos por costumbre masticarlo. En ese caso debemos dejar de hacerlo, ya que este hábito puede ocasionar una reducción de la sensibilidad e, incluso, la pérdida de un diente.
También debemos tener cuidado si somos muy cafeteros o abusamos del té. Por un lado, porque su consumo excesivo favorece la deshidratación y puede producir tinciones dentales; y, por otro, porque lo habitual es tomar ambas bebidas acompañadas de azúcares u otros aditivos que pueden perjudicar nuestra salud dental en forma de caries, inflamación de encías, etc.
Lo mismo sucede con los refrescos y las bebidas isotónicas, ya que la mayoría de ellos contienen una elevada cantidad de azúcares y ácidos, por lo que debemos evitarlos si queremos proteger nuestra salud bucal.
Más allá de la consabida “copita de vino en las comidas”, que sí puede ayudar a reducir el sangrado gingival, consumir alcohol no es bueno para nuestra salud bucodental. Este tipo de bebidas fomentan la deshidratación, lo que produce una menor salivación y, por tanto, favorece el ataque de las bacterias.
También está demostrado que si queremos cuidar nuestra dentadura debemos vigilar el consumo de hidratos de carbono, estando relacionados con la inflamación de encías y la aparición de gingivitis. La pasta, el arroz, el pan o los cereales de desayuno deben ser integrales para evitar los azúcares refinados.
Y, por supuesto, cuidar de nuestra salud pasa por reducir el consumo de grasas saturadas, que encontramos en gran cantidad en alimentos como embutidos y carnes procesadas, el paté, el aceite de coco y el de palma o la bollería industrial. Suprimirlos de tu dieta no solo repercutirá positivamente en tu estado de salud general, sino que también te ayudará a evitar el desarrollo de la gingivitis y la periodontitis.
¿Tienes alguna duda sobre cómo la alimentación puede ayudarte a prevenir y mejorar tu salud dental? ¡Estaremos encantados de atenderte!