La higiene bucal de los bebés debe comenzar antes de la salida de su primer diente.
Esto un acontecimiento especial y muy emocionante para los padres. Cuando el primer diente está por salir los bebés experimentan una ligera hinchazón en sus encías. El desarrollo de los dientes es un proceso biológico que comienza durante la etapa fetal. Ya desde el tercer mes de embarazo se comienzan a formar las bases de los dientes. La nutrición de la madre en el embarazo es de suma importancia, y la salud de ella o el bebé puede actuar sobre la estructura de los dientes primarios.
Se completa la dentición alrededor de los dos años y medio de edad. Pero la higiene adecuada de la boca y las encías debe comenzar incluso antes de que salga el primero. Los padres deben estar muy atentos y no descuidar su rutina de limpieza. Cada etapa en la formación de los dientes requiere de cuidados específicos y hay que prestar atención a las necesidades del bebé.
Cuando el bebé alcanza a cumplir los dos meses de vida se recomienda que la madre utilice un pedazo de gasa húmeda para limpiar a fondo las encías del bebé después de cada toma. De no hacerse, los microrganismos del alimento pueden proliferar en la boca y posteriormente convertirse en las causas de caries dentales.
Por otro lado, tampoco podemos olvidar que durante esta etapa los bebés suelen llevarse constantemente objetos a la boca, tratando de explorarlos. Los padres deben estar muy pendientes de procurar que el bebé solo tenga contacto con objetos ligeros, suaves y limpios.
A los cuatro meses comienza la preparación para la salida de los primeros dientes. Durante esta etapa se suelen presentar pequeñas molestias como la inflamación de las encías, salivación excesiva, trastornos del sueño e irritabilidad. Los bebés sienten cada vez más necesario morder anillos de dentición o rasca encías para sentir alivio, preferiblemente refrigerados en la nevera, ya que alivian las encías dolorosas.
Los pediatras y los dentistas recomiendan una atención constante a la higiene bucal. Los padres deben aprovechar de inculcarles el proceso de limpieza desde temprana edad, ya que durante los primeros meses de vida el bebé se encuentra en una fase oral pasiva, en la cual disfruta del masaje en su boca.
Alrededor de los seis meses, a veces antes, aparecen los primeros dientes, los llamados dientes de leche. Estos juegan un papel importante ya que preparan el espacio de la boca para los dientes permanentes, y permiten que el bebé pueda comenzar a masticar y tragar los alimentos correctamente, sobre todo ahora que su alimentación incluye comidas semisólidas.
Se recomienda utilizar una crema dental con sabor agradable, como frutas. La misma no debe contener flúor hasta que el bebé tenga tres años.
Después del primer año la dentición progresa rápidamente. En consecuencia la higiene dental es cada vez más importante. Los padres siguen siendo los responsables de esa limpieza, poco a poco el bebé puede comenzar a manipular el cepillo por sí mismo, jugando con sus padres quienes deben supervisarlo siempre.
El cepillado dental en niños es efectivo solo si es realizado por un adulto. Dejar que el bebé juegue; sin embargo, sugerimos que el adulto realice la higiene hasta que el niño posea la habilidad motora adecuada. A partir de este momento la supervisión periódica de un pediatra será útil, ya que podría evaluar la posibilidad de enviar al niño a visitar un dentista. salud bucal desde el primer momento.
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