Los hábitos de higiene bucal en niños pueden tornarse un poco tediosos tanto para los padres como, sobre todo, para los pequeños.
A muchos niños no les gusta lavarse los dientes, en muchos casos, porque no han llegado a generar este hábito tan importante para la salud. Incluso, algunos pequeños sufren de odontofobia o miedo al dentista, ya que piensan en la clínica dental como un sitio en el que van a pasarlo mal. Este miedo irrefrenable al dentista está provocado en numerosas ocasiones precisamente por la falta de hábito, ya que la visita al odontólogo no está en esa rutina tan importante que debe inculcarse a los niños.
A continuación, ofreceremos unos cuantos consejos sobre los hábitos de higiene bucodental que debe tener un niño, así como algunas claves que explican por qué es tan importante cuidar los dientes de nuestros pequeños.
Dientes de leche en buen estado, imprescindibles para la dentición permanente
Con el pretexto de que los dientes de leche “se van a caer para ser sustituidos por otros”, no son pocos los adultos que creen que el cuidado de la dentición temporal es poco importante.
Los dientes de leche son muy importantes porque van a servir de guía y van a guardar el espacio de los dientes permanentes que están por venir. Además, mantenerlos cuidados y en buen estado es vital porque:
- Evitan infecciones y dolores
- Evitan complicaciones más severas como infecciones renales o de válvula cardiaca
Y no solo eso. Cuando se producen caries en los dientes de leche, aumentan los riesgos de que el niño también las tenga en los dientes permanentes. Por lo tanto, no es verdad que los dientes de leche sean menos importantes; de hecho, todo lo contrario. Ayudarán a que la dentición permanente se desarrolle con normalidad para que el pequeño disfrute de una buena salud bucodental.
¿Cómo se realiza la higiene bucal en niños?
Hay una serie de consideraciones que los los padres o responsables de los niños deben tener en cuenta a la hora de realizar la higiene dental.
1. La limpieza oral en bebés
Una de las primeras premisas de higiene oral en niños es que esta debe comenzar antes de la aparición de los primeros dientes, es decir, se debe realizar una higiene de las encías y la lengua.
Aunque no haya piezas dentales que limpiar, los restos de leche se depositan en el tejido gingival, por lo que debe realizarse una limpieza.
Puedes limpiar fácilmente la boca de tu bebé con una gasa húmeda o un dedal de silicona tras cada toma de leche.
2. Elegir la pasta y el cepillo adecuados
No todas las pastas y cepillos de dientes están indicados para todas las personas. En el caso de los niños ocurre lo mismo.
En cuanto al tipo de pasta que utilizar, se deben seguir las siguientes recomendaciones:
- De 0 a 3 años: utilizar pasta con 1000 ppm (partículas por millón) de flúor y aplicar en el cepillo una cantidad del tamaño de un grano de arroz.
- De 3 a 6 años: también de debe de utilizar dentífrico con 1000 ppm de flúor. En este rango de edad, se aplicará un cantidad mayor de pasta, más o menos del tamaño de un guisante.
- Más de 6 años y adultos: se utiliza una pasta dental con 1350 ppm de flúor. Además, también se aumentará la cantidad empleada: en este caso, 1 cm de pasta o el tamaño de un garbanzo.
En cuanto al tipo de cepillo que utilizar, en el mercado existen cepillos pediátricos especialmente diseñados para bebés, que tienen un cabezal suave con el que realizar la higiene fácilmente. Según van creciendo, los cepillos se van adaptando a las distintas franjas de edad.
3. La implicación de los adultos, clave para adquirir el hábito
Como hemos mencionado al principio de este artículo, en bastante habitual que a los niños no les guste lavarse los dientes, les de pereza o, incluso, sientan miedo cuando tienen que acudir a su revisión.
En este sentido, el papel de los padres o responsables es fundamental para revertir la situación y convertir la rutina de higiene oral en algo ameno e incluso divertido.
Inculcar desde una edad temprana el hábito de lavarse los dientes es imprescindible para que a medida que crece el pequeño pueda tener autonomía y realizar la higiene por él mismo.
A su vez, es importante enseñarles e indicarles las técnicas de higiene correctas, siguiendo las indicaciones de los especialistas:
- El cepillado se realizará, al menos, dos veces al día, siendo tras cada comida lo ideal.
- Durante 2 minutos
- Se limpiará tanto la cara externa e interna de los dientes, sin olvidarnos de la lengua ni de la limpieza interdental.
4. El azúcar, enemigo de la salud bucodental
Mantener una dieta sana, equilibrada y libre de azúcares añadidos no solo perjudica la salud bucodental de los pequeños, sino que también incide en otro tipo de problemas de la salud en general, como por ejemplo la obesidad infantil.
Según esta publicación del Consejo General de Colegios de Odontólogos y Estomatólogos de España, una dieta baja en azúcar, sal y grasas, y alta en frutas y verduras reduce las enfermedades bucodentales.
5. Visitar al dentista regularmente, fundamental para evitar problemas
El odontólogo es una pieza fundamental del puzle, ya que va a supervisar que la boca de los niños esté libre de enfermedades y afecciones.
La primera visita al dentista debe producirse durante el primer año de vida del pequeño. Aunque parezca una edad muy temprana, esta primera visita es muy importante por dos motivos:
- Sirve para detectar y prevenir enfermedades o problemas
- El pequeño se familiariza con la clínica dental y todo el entorno
Como ves, la higiene bucal en niños tiene sus particularidades, y estas van cambiando según se desarrolla su crecimiento. Crear un hábito de buenas prácticas y técnicas en el niño es fundamental para evitar complicaciones desde una edad temprana. En este sentido los adultos juegan un rol protagonista para conseguirlo.