El frenillo labial es un tejido fibroso que une la encía con el labio, tanto en la parte superior como inferior, por lo que cada persona tiene dos frenillos de este tipo.
Aunque no tiene por qué dar ningún tipo de problema, sí que puede darse el caso de que se produzca alguna anomalía en el frenillo labial, sobre todo en el superior. Esto puede provocar problemas en la posición de los dientes y la pronunciación.
A continuación te explicamos qué tipo de anomalías se pueden dar en el frenillo labial y qué tratamientos se pueden aplicar para corregir este problema.
Problemas en el desarrollo del frenillo labial
En general, el frenillo labial superior es de más grosor que el inferior y suele ser el que presenta más problemas a la hora de desarrollarse.
Cuando esta membrana es más corta, más larga o más gruesa de lo habitual, se desarrollan una serie de problemas, por lo que es importante acudir a una revisión dental para que el dentista evalúe el caso.
Una de las principales consecuencias que provoca la aparición de un frenillo labial hipertrófico es el diastema, es decir, el hueco que se produce entre dos dientes. Esta separación entre los incisivos centrales, o comúnmente llamados paletas, se produce porque el frenillo, más grueso de lo habitual, se posiciona entre dichas piezas dentales, provocando un espacio interproximal grande.
Como consecuencia de este espacio producido por la hipertrofia del frenillo, se debe poner mucha atención al cuidado de la higiene bucodental, ya que los espacios entre los dientes son zonas donde las bacterias se depositan con facilidad si no se higieniza correctamente. De no llevar a cabo unas buenas rutinas de higiene, puede acumularse placa bacteriana y sarro y desarrollarse enfermedades como la gingivitis o la piorrea.
Otro tipo de problema que suele causar la alteración de esta membrana que une el labio y la encía es la dificultad a la hora de hablar. En este caso, este impedimento para pronunciar correctamente se da cuando la persona tiene un frenillo labial corto. Especialmente, estos pacientes mostrarán problemas para pronunciar las letras eme, pe y be.
Como te comentábamos anteriormente, los problemas en el desarrollo del frenillo labial inferior son menos frecuentes. Y en caso de que se produzcan, las consecuencias son mucho menores que las del frenillo superior.
Las complicaciones más frecuentes causadas por anomalías en el frenillo labial inferior son la retracción de encías y las enfermedades periodontales como consecuencia de una mala higiene dental.
Cuándo se necesita cirugía para corregir el frenillo labial
El tratamiento que, por lo general, se aplica para solucionar un frenillo labial hipertrófico es la frenectomía o cirugía del frenillo.
Es cierto que este tipo de frenillo y su consecuencia más evidente, el diastema, es una afección muy común en niños. Con el crecimiento y la erupción de la dentición definitiva, el grosor del frenillo tiende a empequeñecerse, por lo que el problema suele desaparecer por sí solo.
Si tras el crecimiento la hipertrofia del frenillo persiste, es cuando el dentista recurre a la cirugía. Por lo tanto, la edad de la persona influye a la hora de decidir si practicar o no esta solución.
La frenectomía es una intervención quirúrgica sencilla y poco invasiva que se realiza con anestesia local, por lo que el paciente no sentirá nada de dolor durante el procedimiento. A través de una pequeña incisión, en la inserción baja del frenillo, se recoloca la membrana para dejar libre la zona interincisal, es decir, el espacio entre los incisivos centrales. La recuperación de esta cirugía es muy rápida y no presenta ningún tipo de problema.
Otro tratamiento que suele plantearse tras una frenectomía es la ortodoncia. Después de haber corregido la posición del frenillo, es recomendable corregir el hueco que dicho tejido provocó entre los dientes.
Para controlar cualquier problema que pueda surgir en el frenillo labial es muy importante acudir de forma periódica a tus revisiones dentales para que el odontólogo evalúe si va a ser necesario o no realizar esta pequeña cirugía.